Por Cristina Arroyave, Directora de Ventas y Mercadotecnia de The Haciendas
¿Alguna vez ha tenido la oportunidad de visitar Campeche? Si no lo ha hecho, es momento de que considere darse aunque sea unas breves vacaciones en este destino. Me gustaría platicar mi experiencia pues ha sido realmente extraordinaria. Aunque llevo varios años trabajando en estas Haciendas, nunca había tenido la oportunidad de conocer Campeche pues cuando voy al destino es generalmente para atender algún evento o darle la bienvenida a algún huésped y realmente lo que conocía a profundidad, por obvias razones, eran las dos Haciendas que tenemos en ese Estado, Hacienda Uayamon y Hacienda Puerta Campeche pero no los atractivos turísticos.
¿Alguna vez ha tenido la oportunidad de visitar Campeche? Si no lo ha hecho, es momento de que considere darse aunque sea unas breves vacaciones en este destino. Me gustaría platicar mi experiencia pues ha sido realmente extraordinaria. Aunque llevo varios años trabajando en estas Haciendas, nunca había tenido la oportunidad de conocer Campeche pues cuando voy al destino es generalmente para atender algún evento o darle la bienvenida a algún huésped y realmente lo que conocía a profundidad, por obvias razones, eran las dos Haciendas que tenemos en ese Estado, Hacienda Uayamon y Hacienda Puerta Campeche pero no los atractivos turísticos.
Después de que varios de nuestros viajeros me solicitaban información sobre actividades en el destino y yo recomendaba aquellas que conocía de manera muy escueta, decidí que era momento de profundizar más para dar mejores recomendaciones y entonces en conjunto con nuestra empresa hermana Catherwood Travels decidimos organizar un viaje para visitarlo y poder experimentarlo por nosotros mismos. En este recorrido realizamos varias actividades, pero personalmente las tres que dejaron una huella en mi memoria, fueron la visita al campamento tortuguero Xpicob, el recorrido guiado por el museo del Fuerte de San Miguel y el teatro itinerante de la calle 59.
¿Por qué fueron las tres experiencias que más disfruté?
Al llegar a Xpicob nos recibió el biólogo Miguel Medina García, anfitrión del campamento y nuestro guía, quien nos conduce hacia el área donde tiene unas piletas con diferentes especies marinas como estrellas y pepinos de mar, ahí nos platicó que llevan a niñas y niños de diferentes escuelas de Campeche con el objetivo de motivarlos acerca del la preservación ambiental y para que tomen conciencia de la importancia de proteger la vida marina. Mientras nos estaba platicando acerca de cada especie señalaba una tortuga de carey, de pronto la sacó de la pileta y nos invitó a cargarla. La sensación de tenerla en mis manos fue algo increíble; la tortuga nerviosa no paraba de mover sus aletas, por lo que la apodamos la “tortugota loca” pues hizo lo mismo con todos los que la cargamos. Durante el recorrido vimos de lejos un palafito dentro del mar, no pude resistir la tentación de subirme a él y contemplar ese mar calmado, de un color azul verdoso, tan propio de nuestro querido Golfo de México. El biólogo nos comentó que por las tardes se puede realizar un tour de bioluminiscencia y nos hizo una pequeña demostración subiéndonos a una lancha para llevarnos a lo que el nombra como “el bajo”, no teníamos ninguna intención de meternos al mar, pero de repente estábamos ahí, remojadas hasta la mitad del cuerpo disfrutando de ese paisaje tan tranquilo y relajante, definitivamente nos hizo falta tiempo….una buena copa de vino con un plato de carnes frías en temporada de clima frío, o una cerveza con un guacamole y totopos hubieran sido la culminación perfecta para esta experiencia.
Palafito en Xpicob |
La "tortugota loca" |
Después de Xpicob nos dirigimos al fuerte de San Miguel, me habían comentado que había un museo dentro de éste que tenía objetos de arqueología maya, pero nunca me imaginé lo completo que estaba este museo y las piezas tan interesantes que alberga. Realizamos el recorrido con un guía historiador, quién fue platicándonos salón por salón lo que había en cada una de esas vitrinas; siempre he sido una gran admiradora de la cultura Maya, pero no cabe duda que nunca deja de sorprenderme.
Cuando salimos del fuerte de San Miguel ya era hora de comer, en Campeche hay muy buenos restaurantes como La Pigua, Chacpel, Marganzo, todos estos me gustan, pero ese día nos decidimos por el Faro del Morro, su estilo palapa frente al mar y con el barco pirata a la vista hace que el ambiente sea muy agradable. Ahí ordené un ceviche y un caldo de camarón, mis expectativas fueron cumplidas.
Fuerte de San Miguel |
Por la noche nos invitaron al teatro itinerante de la calle 59, una obra de teatro en una antigua casa del Centro Histórico, al que sólo pueden asistir entre 10 y 14 personas por función ya que vas recorriendo cada área de la casa, que es donde se desarrolla la obra. No tengo más palabras para describirla, fue una increíble experiencia.
Hay lugares que cuando los visitas se quedan en tu corazón, Campeche es uno de ellos, por eso el slogan que dice “Campeche, sueña despierto” para mi es completamente cierto, es como volver al pasado y disfrutar de una ciudad que tiene mucho que contar.